INTRODUCCIÓN
El hombre desde su época primitiva, aproximadamente unos 5.000.000 de años para poder sobrevivir tuvo la necesidad de trasladarse de un lugar a otro, correr detrás de los animales con el propósito de darle caza y comer, cortar árboles, tallar la piedra, , forjar materiales para elaborar armas por más rudimentarias que hayan sido, estas y muchas otras actividades que realizó, de alguna manera todo lo anterior fueron sus actividades que de alguna manera afectaban su salud.
Imaginemos tallando la piedra golpeándola una contra otra y una viruta ingresar en uno de sus ojos, o los movimientos repetitivos de los brazos aplicando cierta fuerza, la posición forzada que representaba estar tiempo en cuclillas solamente todas estas movimientos y posiciones corporales representaban un riesgo para el hombre de esa época.
Desde entonces el hombre ha evolucionado en todos los aspectos; su medio de vida y trabajo de alguna manera él los ha ido condicionando implicando un cambio en las actividades involucradas, condiciones de trabajo, en consecuencia los riesgos, originando nuevas enfermedades.
En nuestros días se estima que 5.500 personas mueren diariamente a causa de enfermedades causadas o tienen alguna relación con el trabajo, es decir se estaría hablando de más de 2.000.000 de personas anualmente.
En el ámbito de la práctica laboral se ha podido constatar que el hombre – trabajador cualquiera sintomatología que se le presente la atribuye al trabajo. Y que al buscar los orígenes se ha podido demostrar que las condiciones y el ambiente de trabajo han influido pero existen otros que contribuyen de alguna manera. En ese sentido se ha comprobado que las enfermedades ocupacionales son multifactoriales, es decir a parte de los factores de riesgos presentes en el trabajo, hay factores intrínsecos o personales del hombre – trabajador como: la edad, sexo, hábitos de alimenticios, el fumar, beber en general su estilo de vida que al conjugarse con los del trabajo las precipitan.
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